Autoestima y aceptación

Imagina un bebé solo en una habitación llena de botes de pintura abiertos.

El bebé, que ya ha aprendido a gatear con agilidad, va metiendo la mano en los diferentes botes.

Luego se va gateando por el piso, por la casa, se apoya en la pared, en las puertas… Sus manos, sus brazos y sus pies están manchadas de colores, él ni si quiera es consciente de qué colores se trata, ni de que eso tenga que molestar a sus padres.

No obstante, cada paso que da, cada lugar donde se apoya, lo deja marcado, deja una huella de forma totalmente inconsciente.

La PNL señala que las personas somos iguales que ese bebé, no nos damos cuenta de que cada creencia, cada pensamiento de quién somos, cada pensamiento sobre el amor o el dinero; todo va manchando, va dejando huella, creando de forma continua y causando un impacto en nosotros y los demás.

¿Porqué? Porque seguramente cogimos los colores, las ideas, las creencias y la programación de gente que no era consciente de que estaba pintando. Y por eso, seguimos creando cosas que no nos convienen.

¿Somos malos por ello?

¿Hay algo de malo en ese bebé por no saber dibujar? ¿O por no coger un pincel y hacer algo simétrico? ¿O no saber dibujar una flor con el dedo?

No, ¿verdad?

Entonces, ¿crees que hay algo malo en nosotros porque no sabemos que estamos pintando inconscientemente?

Tampoco.

Un bebé es perfecto, simplemente está en un momento de su proceso de desarrollo.

Y primero verá que si se pinta un dedo, este mancha. Y luego, que si va tocando cosas se pintan, y luego que si le da forma a lo que pinta saldrá algo bonito… hará un círculo… luego un sol… luego su nombre… distinguir colores… y más adelante puede llegar a ser capaz de pintar una obra maravillosa en el techo de la Capilla de Sixtina.

Todos pintamos cosas que no nos gustan, aunque no nos demos cuenta. Eso no nos hace malos, ni indignos de amor, ni egoístas, ni menos merecedores.

Pero tendemos a verlo al revés, y eso nos enjaula.

La realidad es que estamos en un punto de nuestro proceso de evolución personal. Estamos tomando consciencia.

Un bebé es bueno, hermoso y perfecto, aunque todavía no haya desarrollado algunas habilidades. Y si somos pacientes, comprensivos y le ayudamos en su proceso, cada vez será mejor.

“Trata a un ser humano como es, y seguirá siendo lo que es. Trátalo como puede llegar a ser, y se convertirá en la mejor versión de si mismo” Göethe.

Hasta que me atreví a hacer mi propio proceso personal, me pasé parte de mi vida pensando que algo estaba mal en mi. ¡Y me pasaba el día intentando que nadie se diera cuenta! ¡Aparentando! ¡Disimulando!

Luego entendí que estamos todos igual.

Y solo maduramos emocionalmente al aceptarnos. Al considerarnos dignos. Merecedores de amor, de abundancia, de prosperidad, de disfrute…

Nos merecemos que nuestro paso por esta vida sea positivo.

Y cuando cometemos un error y nos autoflagelamos es porque estamos desconectados de nosotros mismos. No recordamos quién somos realmente. No estamos entendiendo que estamos en un proceso de evolución continuo.

¿Qué sucede entonces? Nos sentimos vulnerables, imperfectos, sentimos miedo, nos sentimos desprotegidos, inferiores…

Por lo tanto, lo primero es valorarnos, darnos cuenta de que todo está bien. Estamos en el punto en el que estamos y cada día podemos avanzar en ese camino.

Y eso nos puede llevar a reflexionar a que somos dignos, merecedores de todo lo mejor, de una buena vida, y que no hay nadie que pueda merecer algo que nosotros no merezcamos.

Apadrinar la identidad

El sentido de identidad de una persona es más profundo que sus creencias y es lo que determina sus valores. Se centra en la percepción que tiene de si misma, de su papel, y de su misión dentro del mundo.

A través de las sesiones individuales de terapia + coaching, hacemos el proceso de apadrinamiento de identidad, en la que aplicamos una serie de técnicas para desbloquear esas dificultades y así recuperar la autoestima, la vitalidad y el verdadero contacto con tu identidad.

De ese modo, cuando acompañamos a alguien a que descubra eso, no le decímos qué tiene que hacer, sino que bendecimos su propia naturaleza.

Si crees que te puedo ayudar a gestionarlo, puedes contactar conmigo a través de esta web y
solicitar una sesión individual de terapia + coaching

Podemos dejar nuestras huellas en la tierra, pero caminamos en el cielo
Nuestra luz brilla más allá de lo que podemos ver

Nuestras palabras se hunden más profundamente que nuestro conocimiento
Enseñamos que lo que has vivido antes no determina en quién te conviertes

Y seguimos una sencilla verdad del corazón:
Despertamos en nosotros, lo que vemos en los demás
Nos convertimos en lo que damos al mundo.

Somos mensajeros, Nick Leforce.

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